El investigador argentino Hugo Luján generó este mecanismo que ya fue probado con éxito en roedores
Conseguir la inmunidad de los pacientes sin requerir de inyecciones ni pinchazos. Ese fue el objetivo de un estudio realizado por el investigador argentino Hugo Luján, quien logró diseñar una plataforma capaz de transformar cualquier antígeno en una vacuna de ingesta oral.
Luján es doctor en Ciencias Químicas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (CIDIE) de Córdoba y ha dedicado dos décadas a conseguir, junto con su equipo, el éxito de este mecanismo.
Su más reciente hallazgo fue difundido en la revista especializada Nature, donde se explica que la plataforma biológica ideada por Luján podría utilizarse para combatir cualquier agente infeccioso, incluso células tumorales. Probado solo en roedores por el momento, ha demostrado resultados positivos.
Las características de este mecanismo sugieren beneficios como facilidades de transporte, porque no requieren de frío para su traslado o guardado. Además, al tratarse de pastillas, no se necesita de la intervención de personal entrenado ni se presenta ninguno de los riesgos vinculados al uso de jeringas.
En un comunicado emitido por el CONICET se explica que los inicios de este descubrimiento datan de 2008 cuando el investigador presentó junto con su equipo una vacuna oral (con pastillas) para evitar el contagio de la Giardiasis, una enfermedad diarreica ocasionada por un parásito microscópico unicelular llamado Giardia lambia que se aloja en el intestino delgado.
La comprensión del mecanismo de acción del Giardia lambia fue lo que permitió a Luján desarrollar la plataforma adaptable a todo tipo de virus.
El Giardia tiene una variación genética adaptativa que le permite “disfrazarse” cambiando sus “proteínas variables de superficie” o VSPs; ante eso, el científico desarrolló un “repertorio completo de VSPs nativas purificadas capaces de provocar una respuesta inmune protectora contra todos los posibles ‘disfraces’ del parásito en forma de oral”. Su técnica fue validada en el laboratorio y en animales domésticos y cuenta ya con licencia registrada.
Con ese conocimiento a cuestas, y con apoyo de investigadores franceses, se propuso imitar el mismo mecanismo para gestar una plataforma que pudiera ser intervenible con distintas cargas inmunes.
En el comunicado que fue emitido por el CONICET, el científico detalla en sus propias palabras las precisiones de este descubrimiento:
“Las partículas similares a virus son como el armazón, a las cuales se les puedo agregar una molécula cualquiera, para generar una respuesta inmune contra la misma. Pero al mismo tiempo se le agrega las proteínas de superficies de Giardia para que se protejan en el intestino. Giardia vive en el intestino y nadie sabía por qué no se digería como cualquier comida, nosotros empezamos a ver estas proteínas de superficie que en su momento nos ayudaron a generar esta vacuna contra Giardia, y vimos que si se las ponemos por fuera, estas partículas similares a virus no se degradaban”, expone Luján. “Aunque parezca compleja, es una técnica fácil de llevar a cabo y sin necesidad de equipamiento de alta complejidad”, asegura el investigador.
“Producimos esas proteínas de Giardia en el laboratorio, las sometimos a diferentes condiciones de digestión, y vimos que todas estas proteínas resisten, entonces son excelentes para proteger estas partículas virales, a las que le podemos unir cualquier antígeno vacunal. Esa es la plataforma”, agrega.
El mecanismo ya ha sido probado con antígenos del virus de la Influenza, el virus Sincicial Respiratorio, la tuberculosis y el Zika. “Esos antígenos no se degradan y generan una importante respuesta inmune no solo en las mucosas, por donde entran al cuerpo la mayoría de los agentes infecciosos, sino también de forma sistémica.”
Agrega Luján que “durante nuestros estudios también observamos que al inyectarle a ratones vacunados contra un determinado antígeno y células tumorales expresando ese determinado antígeno, los tumores no se desarrollaban, lo que sí ocurría en los animales no vacunados o en aquellos vacunados oralmente con partículas sin VSPs. Inclusive, para algunos tumores la vacuna funcionó de manera terapéutica”.
El próximo paso que tienen previsto los investigadores será realizar ensayos clínicos en humanos. Para Luján, “las posibilidades que se abren con esta plataforma son inmensas y podemos generar importantes recursos para el país”. Y concluye: “Nunca imaginamos que íbamos a encontrarle utilidad a estas proteínas más allá de la vacuna contra Giardia. La ciencia es así: uno no puede predecir en qué va a terminar”.
Referencias:
1. “Una plataforma para desarrollar vacunas orales y reemplazar el uso de las jeringas”. CONICET. 2019
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