Los reportes analizan el papel de los anticuerpos como barrera a la reinfección.
Durante las últimas semanas se han publicado diversos estudios provenientes de universidades de todo el mundo que centran su análisis en la respuesta inmune al SARS-CoV-2. Analizan el papel de los anticuerpos como barrera a la reinfección, la neutralización del virus en pacientes recuperados y el rol de las células T. Una cronología de las investigaciones, a continuación.
Un grupo de científicos identificó diversos anticuerpos que bloquean la capacidad del SARS-CoV-2 para infectar células, incluso aplicados en dosis bajas.
El equipo del científico David Ho, del Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, en Nueva York, estudió el comportamiento de los anticuerpos neutralizantes de plasma en cinco personas con casos graves de COVID-19. Diecinueve anticuerpos demostraron ser altamente eficaces para prevenir la infección por SARS-CoV-2 en muestras de células.
Al aplicarse una pequeña dosis de estos anticuerpos en hámsteres sirios dorados (Mesocricetus auratus), se observó que los animales no desarrollaron la infección. Los diecinueve anticuerpos se adhieren en la proteína del pico de coronavirus. Por ende, una terapia realizada a partir de ellos podría ser difícil de evadir para el virus a través de la mutación (el estudio se puede leer en el siguiente link).
Las células T parecen estar preparadas para atacar al coronavirus SARS-CoV-2 no solo en personas con COVID-19, sino también en algunas que no han estado expuestas al virus.
En un principio, los investigadores que estudiaban la respuesta inmune al SARS-CoV-2 se centraron en los anticuerpos. Pero, en estudios recientes, las células T parecen cumplir un rol protagónico en relación con la inmunidad. En este sentido, el equipo liderado por Andreas Thiel, del Hospital Universitario Charité de Berlín, examinó muestras de sangre en busca de células T que reaccionaran a la proteína del pico del SARS-CoV-2.
El equipo encontró tales células en el 83% de los participantes del estudio que habían padecido COVID-19. Pero también las halló en un 35% de los donantes de sangre sanos que no habían estado expuestos al SARS-CoV-2.
Los autores especulan que las células T reactivas podrían haberse generado en donantes sanos a raíz de infecciones pasadas con coronavirus relacionados. Aunque no está claro si estas células ofrecen protección contra el SARS-CoV-2 (el estudio se puede leer en este link).
Algunas células que reconocen los coronavirus que causan el resfrío común también responden al SARS-CoV-2.
Diversos estudios mostraron que personas que nunca estuvieron expuestas al SARS-CoV-2 presentan células T inmunes a él. Por eso, los investigadores Daniela Weiskopf y Alessandro Sette del Instituto La Jolla de Inmunología, en California, analizaron células T y descubrieron que reconocen secuencias particulares de varias proteínas del SARS-CoV-2.
El equipo identificó secuencias similares en los coronavirus del resfrío común, las cuales pueden activar células T que también responden al SARS-CoV-2. El informe se puede leer en este link.
Los hallazgos brindan sustento a la hipótesis de que la inmunidad a los coronavirus que causan resfríos podría contribuir a las diferencias en la gravedad de la COVID-19
Según un estudio, los pacientes que presentaron cuadros graves de COVID-19 y se recuperaron tienen niveles elevados de neutralización al coronavirus SARS-CoV-2 durante varios meses. Esto se debe a que experimentan altos niveles de anticuerpos contra la nucleocápside (N) y el dominio de unión al receptor (RBD) y la región S2 de la proteína S.
Los casos evaluados, incluidos los individuos asintomáticos, seroconvirtieron dos semanas después de la confirmación del diagnóstico por PCR.
El reporte indica que los índices de anticuerpos neutralizantes y específicos contra RBD y S2 permanecieron elevados y estables durante, al menos, 2 a 3 meses después de la aparición del virus.
En cambio, los anticuerpos contra N fueron variables y disminuyeron rápidamente en muchas muestras.
Las pruebas, realizadas a 5.882 miembros autoreclutados, demostraron que el 1,24% de ellos mostraba reactividad de anticuerpos a RBD. Sin embargo, el 18% (13/73) de estas muestras no lograron neutralizar el virus SARS-CoV-2 auténtico.
Por otro lado, las muestras neutralizantes mostraron una potente reactividad a S2.
A diferencia de otros informes, se llegó a la conclusión de que la inmunidad después de la infección por SARS-CoV-2 puede extenderse durante varios meses (el estudio completo puede leerse en medRxiv, a través de este link).
En un barco pesquero de Estados Unidos se produjo un brote masivo de COVID-19. Sin embargo, los miembros de la tripulación que tenían anticuerpos contra el coronavirus SARS-CoV-2 no lo contrajeron. Esta sería la primera evidencia directa de que los anticuerpos protegen a las personas contra la reinfección.
El hallazgo fue realizado por Alexander Greninger de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle. Greninger y su equipo analizaron a la tripulación de un barco pesquero estadounidense. Antes de zarpar, testearon a 120 de los 122 miembros de la tripulación y encontraron que todos eran negativos para el SARS-CoV-2. No obstante, una vez en altamar, se produjo un brote de la enfermedad.
Las pruebas posteriores al viaje mostraron que 104 miembros de los 122 estaban infectados. Ninguno de ellos había mostrado anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 al ser examinados antes de embarcarse. Pero los tres miembros de la tripulación, que sin embargo los tenían antes de la salida, no sufrieron la infección. Esto proporciona evidencia significativa de que los anticuerpos neutralizantes adquiridos durante una infección por este tipo coronavirus sí protegen contra la reinfección. Los hallazgos aún no han sido revisados (el estudio completo puede leerse en medRxiv, a través de este link).
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