Es necesario que los centros de salud fomenten ciertas prácticas de seguridad y un entorno de trabajo tranquilo.
Las/os enfermeras/os pasan gran parte de su tiempo laboral administrando medicamentos. Que dicha administración sea precisa y segura dependerá del conocimiento farmacológico que posean y de las decisiones que tomen. Diversos estudios demostraron que, para el personal de enfermería, los errores de medicación constituyen una experiencia traumática en el plano emocional, que socava su autoestima y la confianza en su trabajo. Esto se debe a que, en el ámbito de la salud, se reacciona frente a cada error como si se tratase de una anomalía.
En lugar de reflexionar sobre qué aspectos mejorar para evitar futuros errores, esta perspectiva condena y castiga a quien los comete. Pero lo cierto es que, para que no ocurran, es necesario que los centros de salud fomenten prácticas de medicación seguras, dispongan de recursos humanos suficientes y promuevan un entorno de trabajo sin interrupciones y un enfoque no punitivo de la notificación de errores en la medicación.
Las/os enfermeras/os que no siguen los cinco principios de la administración de medicamentos (fármaco, paciente, dosis, momento y vía correctos) pueden contribuir a que se cometan errores de medicación. Algunos motivos frecuentes por los cuales no se cumplen estos principios son los siguientes:
Puesto que los cálculos de medicamentos pueden ser complejos, se requiere el dominio de las habilidades matemáticas para la administración segura de fármacos. En este sentido, la comprensión de los decimales es importante cuando se realizan cálculos de dosis. Poner mal u omitir un decimal puede provocar graves errores de cálculo.
Tener buena base para las habilidades matemáticas y realizar cálculos precisos de medicamentos pueden minimizar considerablemente los errores de medicación.
Mientras están llevando adelante sus estudios, la práctica simulada de administración de medicamentos puede beneficiar a los futuros profesionales de enfermería sin correr el riesgo de causar daños a los pacientes.
Las enfermeras y los enfermeros deben mejorar sus conocimientos farmacológicos y mantenerse al día sobre los nuevos medicamentos.
La formación continua en farmacología debe centrarse en el uso seguro de los nuevos medicamentos, lo cual incluye el conocimiento de:
Las intervenciones para reducir las distracciones del personal de enfermería pueden mejorar la seguridad del paciente. Con ese fin, algunos centros hospitalarios han puesto en marcha la regla de la “cabina estéril”, lo que significa la eliminación de las distracciones durante la preparación del medicamento para evitar los errores de medicación.
Dado que las/os enfermeras/os tienden a estar en constante comunicación con sus pacientes y el equipo de cuidados, puede ser difícil de implementar esta regla. Por eso, la colocación de un cartel que indique “No molestar” o “Zona tranquila” en el área de preparación de la medicación puede contribuir a minimizar las distracciones.
Una vez que el paciente recibe la medicación, es preciso que las/los profesionales de enfermería registren los siguientes datos: paciente, medicamento, dosis, vía y momento de administración. Este registro disminuye el riesgo que de que paciente reciba más dosis de la droga de las que debería.
Las/los pacientes necesitan estar bien informados sobre los efectos terapéuticos que los medicamentos tendrán en su organismo, las reacciones adversas potenciales y los resultados deseados. Debe hacerse un estrecho seguimiento de la situación del paciente y se le debe enseñar a comunicar reacciones adversas.
Muchos medicamentos se pueden administrar por diferentes vías, como la oral o la intravenosa, lo que aumenta la posibilidad de confusión. Frente a esto, una posible solución es estandarizar el método de dosificación de medicamentos. Remitirse a una lista de medicamentos de alerta máxima puede ayudar a las/os enfermeras/os a no cometer errores de medicación.
Informar los errores de medicación ayuda a identificar los fallos en los procesos de medicación y a prevenir futuros incidentes.
Cuando hay errores de medicación, los administradores de riesgos utilizan la información para comprender mejor sus causas y desarrollar políticas y procedimientos para prevenir daños futuros al paciente. Cuando los errores se comunican voluntariamente en un sistema sin culpas y sin reproches, puede llevarse a cabo una investigación adecuada y mejorarse la práctica.
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