¿Por qué se expandió el dengue? ¿Qué modificaciones surgieron en el mosquito vector? ¿Cuál es el futuro de esta infección vírica? Expertos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y de la Universidad de Washington analizan la evidencia disponible para responder a estas preguntas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia de Dengue en el mundo. Gran parte de los casos son asintomáticos y existe un subregistro de enfermos, pero se estima que se producen alrededor de 390 millones de infecciones mundiales por año. Alrededor de 3900 millones de personas están en riesgo de contraer Dengue en el planeta.
Antes de 1970 solo nueve países habían sufrido epidemias de dengue grave. Con el correr de los años la enfermedad ha adquirido el rótulo de endemia en más de 100 países de casi todos los continentes. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) se encargó de comunicar que durante 2019 se alcanzó el mayor número de casos registrados en la historia para el continente americano. Un “récord” que con alrededor de 3 millones de infectados supera en más de un 13 por ciento las cifras registradas durante 2015.
Para intentar explicar la explosión de esta enfermedad reemergente, las y los expertos concuerdan que se necesita un abordaje amplio. Existen cuestiones ambientales, sociales, económicas e incluso de políticas sanitarias que deben ser tenidas en cuenta. En la tríada epidemiológica del Dengue participan un agente viral de la familia Flaviviridae -con cuatro serotipos distintos- transmitido principalmente por un mosquito hembra de la especie Aedes aegypti entre otros.
También, es menester un huésped susceptible y un ambiente propicio. Creen que es conveniente conocer a fondo cada uno de los eslabones de la cadena epidemiológica del Dengue a la hora de diseñar estrategias para este acuciante problema de Salud Pública. Y para el estudio del mosquito vector, recurren a la entomología.
Oliver Brady es un investigador de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en el Reino Unido. Recientemente ha publicado en Annual Review of Entomology un trabajo en colaboración con Simon Hay, experto de la Universidad de Washington. Allí brinda una revisión pormenorizada de las características que han llevado a Aedes aegypti a constituirse como uno de los principales motores de lo que él considera la primera pandemia por un arbovirus.
Según Brady, en la actualidad existen dos ciclos de transmisión bien definidos de Dengue. Uno moderno, que podría denominarse urbano, en el cual participa activamente el humano y plantea dificultades a sanitaristas. Pero también otro más ancestral, llamado selvático, reservado fundamentalmente para primates no humanos entre otros animales. La mayor información de ese ciclo selvático proviene de la investigación en países de África como Senegal o Malasia en el Sudeste Asiático.
Un dato interesante que se ha logrado recabar es que los cuatro serotipos del virus que actualmente comprometen las ciudades tienen un ancestro selvático. La circulación de esos serotipos en humanos habría requerido de múltiples episodios zoonóticos previos, el más tardío datado 850 años atrás. No existe al momento evidencia de la presencia de un ciclo de transmisión selvática para dengue en América.
Queda entonces concentrarse en los ciclos urbanos y la expansión registrada en esos sitios durante las últimas décadas. Fenómeno que comienza a tener mayor visibilidad luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) de la mano de un marcado incremento en el comercio, los viajes y la urbanización. Por primera vez se diagnostica hiperendemicidad, con múltiples serotipos en circulación y Dengue Grave. Desde fines de los noventa se observa a una fase de consolidación de la enfermedad, con transmisión marcada desde zonas urbanas a rurales.
Para Brady todo este proceso puede ser en gran parte explicado por los cambios evolutivos que ha tenido el vector Aedes aegypti a lo largo de su existencia. Hasta hace aproximadamente 500 años el mosquito predominaba en el África Subsahariana, depositaba los huevos en árboles y se alimentaba de mamíferos no humanos. Se ha hipotetizado que asentamientos humanos en los límites de los territorios selváticos de África Occidental proveyeron al vector de condiciones más propicias. Por ejemplo, recipientes con agua como hábitat para las larvas y un mayor suministro de sangre para requerimientos nutricionales. Se generó inicialmente la domesticación del mosquito, de ahí por la citada vía marítima -y el transporte de larvas en agua de consumo- la conexión África-América fue un hecho.
Las poblaciones de Aedes aegypti una vez instaladas son heterogéneas, dinámicas, impredecibles y adaptables. Las hembras cuentan con la capacidad de retardar la ovispostura y distribuir sus huevos en diferentes recipientes con agua. Dichos huevos pueden sobrevivir largos períodos en meses de temporadas secas y las larvas que eclosionan ralentizan la progresión a pupas hasta que cuentan con los recursos nutricionales adecuados. Todos estos mecanismos han sido facilitados por medio de la interacción con los humanos.
Los hábitos alimenticios de Aedes aegypti -tales como la preferencia de sangre humana, necesidad de alimentación frecuente, capacidad para picar durante el día- así como la facilidad que tienen para residir en ambientes oscuros, húmedos y cálidos de los hogares, constituyen otros factores responsables del éxito como vector del dengue. Por si fuera poco, en el último tiempo se detectó un incremento en la resistencia del mosquito a diferentes clases de insecticidas empleados.
Brady considera difícil predecir el futuro debido a lo inhomogéneo que resultan los ciclos de transmisión en diversos países. Existen numerosas variables y los modelos epidemiológicos utilizados no las abarcan en su totalidad. Pero algunos factores tales como el incremento pronosticado en los viajes y el impacto del cambio climático en zonas templadas, encienden una señal de alarma para ciertas regiones de Europa, China, Australia o los Estados Unidos. Lograr un mayor conocimiento de cada uno de los elementos de la tríada epidemiologica, entre los que se destacan características inherentes al vector es una necesidad vital para Brady. Permitirá desarrollar estrategias más individualizadas y efectivas destinadas a frenar la expansión de este grave problema sanitario.
https://nexciencia.exactas.uba.ar/dengue-ciudad-buenos-aires-epidemia-mosquito-aedes-aegypti-nicolas-schweigmann CONICET https://www.pagina12.com.ar/248443-el-mercosur-se-ocupa-del-dengue
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