Impactos de la diabetes gestacional y pregestacional en la mujer embarazada y el bebé.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial, una de cada diez mujeres embarazadas presenta diabetes. El 90% de los casos corresponde a diabetes gestacional. Sin embargo, una proporción considerable de ellos no son diagnosticados.
La diabetes no diagnosticada durante el embarazo tiene consecuencias potencialmente peligrosas para la vida, tanto de la madre como del bebé. Por eso, es sumamente importante su diagnóstico y posterior tratamiento.
De acuerdo con la médica Ana Kulczycki, se considera que una embarazada tiene alto riesgo de desarrollar diabetes gestacional cuando:
Por otra parte, la especialista subraya que, en la actualidad, muchas mujeres con diabetes tipo 1 y 2 preexistente logran embarazarse o desean hacerlo. En ellas es muy importante iniciar el abordaje en la etapa preconcepcional, de modo que inicien su gesta con un adecuado control de sus parámetros metabólicos y de las complicaciones vinculadas a la enfermedad.
-La diabetes materna puede tener consecuencias en el niño, tanto a corto como a largo plazo. Estas dependerán del momento de la gestación en el que se haya iniciado la hiperglucemia, del grado de la misma y del control de la enfermedad que haya tenido la madre.
En las diabéticas preconcepcionales (ya sean tipo 1 o 2), el mal control glucémico es el responsable de una mayor incidencia de malformaciones congénitas. Si el descontrol de la enfermedad persiste en los meses ulteriores, se vincula con un mayor riesgo de abortos, partos a pretérmino y alteraciones ponderales y perinatales del recién nacido.
Es diferente el caso de las diabéticas gestacionales, ya que en ellas el mal control glucémico comienza en la segunda mitad del embarazo y, por ende, no aumenta la incidencia de malformaciones congénitas en relación a la población general. Sin embargo, si una paciente con este tipo de diabetes no logra mantener la glucemia dentro de las metas recomendables, su feto tendrá mayor riesgo de macrosomía, organomegalia, hipoxemia, complicaciones neonatales y tardías (tales como obesidad, intolerancia a la glucosa y diabetes tipo 2).
-La hiperglucemia es capaz de generar complicaciones microvasculares y macrovasculares, que pueden afectar a todos los embarazos complicados con diabetes. Según el tipo de diabetes que presenten, las mujeres serán más propensas a experimentar ciertas complicaciones por sobre otras.
Es así que, en las mujeres con diabetes pregestacional (ya sea tipo 1 o 2), el mal control agrava o precipita la retinopatía, la nefropatía y la hipertensión e incrementa el riesgo de padecer preeclampsia.
En las mujeres con diabetes gestacional, las complicaciones que se presentan con mayor frecuencia son la hipertensión arterial, la preeclampsia y, de forma alejada, es decir, meses o años después, la diabetes tipo 2.
-En las diabéticas pregestacionales, el diagnóstico de la enfermedad es anterior al embarazo. Por lo tanto, corresponde actualizar los parámetros bioquímicos para evaluar si tienen un control metabólico adecuado. Es necesario, además, verificar si las insulinas que están utilizando son las autorizadas para el embarazo y efectuar una prolija revisión del estado clínico para prevenir complicaciones cardiovasculares, renales, oftalmológicas, odontológicas o evitar su progresión.
Por otro lado, en las diabéticas gestacionales, el diagnóstico de certeza lo brinda el test de tolerancia oral a la glucosa. Esta prueba se solicita en la semana 24 de gestación en las pacientes que tienen bajo riesgo de desarrollar diabetes gestacional y en la primera consulta en aquellas que tienen alto riesgo o cuyos niveles de glucemia en ayunas superan 93mg/dl.
-El tratamiento incluye el régimen alimenticio personalizado, la actividad física programada y la farmacoterapia.
La insulina es el abordaje terapéutico tradicional e incuestionado, tanto para las diabéticas pregestacionales como para las gestacionales. Es necesario remarcar que las pregestacionales de tipo 1 son dependientes absolutas de la insulina.
Ante situaciones excepcionales que impidan o dificulten la insulinización, algunas entidades científicas proponen para las diabéticas gestacionales, la prescripción de hipoglucemiantes orales como la metformina, gliburida o el acarbose, drogas que han sido ensayadas con resultados aceptables en el embarazo. Pero esta última postura no es compartida por todos los expertos.
–Cuando las pacientes tienen acceso a la telemedicina y disponen de los insumos necesarios para la automonitorización de su glucemia, el diabetólogo puede controlarlas con regularidad, detectar rápidamente una descompensación, hacerles llegar las órdenes de los estudios que deben realizarse y supervisar los resultados.
Pero la atención presencial es imprescindible cuando las gestantes presentan una emergencia metabólica u obstétrica, en cuyo caso se les deberá asegurar un ámbito de atención protegido de las posibilidades de contagio.
Este y otros temas serán desarrollados por la Dra. Kulczycki en el curso Diabetes gestacional y pregestacional, que brindará en Océano Medicina.
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