Toma de conciencia, educación y atención de calidad, necesarias para frenar el cáncer temprano.
Investigadores afirman que se necesitan estrategias integrales para detener la creciente incidencia mundial del cáncer colorrectal en los menores de 50 años.
“Los pacientes demasiado jóvenes para la pesquisa estandarizada a menudo consultan con la enfermedad más avanzada”, dijo la autora principal de un nuevo estudio, doctora Cathy Eng, del Centro Médico de Vanderbilt University, Nashville, Tennessee.
“Necesitamos diagnosticar antes a nuestros pacientes para salvar más vidas”. Desde hace tiempo, el cáncer colorrectal se considera una enfermedad de los adultos mayores, según recuerdan los autores. Pero su versión de aparición temprana sin una causa definitiva es una preocupación mundial.
El equipo revisó casi 18 años de literatura médica en inglés para reunir información sobre el cáncer colorrectal en menores de 50 años. Y publica los resultados en The Lancet Oncology. Los autores descubrieron que la incidencia en los jóvenes está aumentando. En todas las edades, sigue siendo la quinta causa principal de cáncer en el mundo y el cuarto cáncer más común en los Estados Unidos.
En las últimas dos décadas, la incidencia creció de manera sostenida entre los 20 y 54 años. Para el 2030, el 11% de los cánceres de colon y el 23% de los de recto ocurrirán en menores de 50 años.
En los pacientes de riesgo promedio, el cáncer colorrectal suele atribuirse a la falta de pruebas de detección. En el 2020, alrededor del 72% de la población de 50-75 años había sido examinada adecuadamente. Los menores de 50 no reunían los requisitos para la pesquisa, por lo que tenían que tener enfermedad activa.
Las guías varían y la Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos acaba de actualizar sus recomendaciones. El objetivo es empezar a detectar el cáncer colorrectal en pacientes de riesgo promedio desde los 45 años. Los métodos de detección preferidos son la colonoscopia, la sigmoidoscopia flexible, la prueba de sangre oculta en heces, la prueba inmunoquímica fecal y la detección de ADN en heces.
El dolor abdominal (55%), el sangrado rectal (46%) y la pérdida de peso (35%). Además del cambio de los hábitos intestinales (32%), fueron los síntomas de cáncer colorrectal temprano más comunes. El sangrado indoloro a veces se anticipaba entre dos y tres años a otros síntomas.
Los pacientes con cáncer colorrectal de inicio temprano a menudo tenían tumores en el lado izquierdo. Los más jóvenes tenían más chances de desarrollar un segundo tumor dentro de los tres meses posteriores al diagnóstico del tumor primario. En cambio, aquellos con síntomas esperaron hasta seis meses para la primera consulta.
“Esperamos que estos resultados aumenten el índice de sospecha en los médicos. La idea es que deriven a los pacientes jóvenes con síntomas asociados con el cáncer colorrectal a una evaluación endoscópica oportuna”. Doctora Christina Bailey, del Centro Médico de Vanderbilt University, coautora.
De acuerdo con un nuevo estudio, más de una cuarta parte de los centros oncológicos de Estados Unidos no sigue las guías nacionales sobre el uso del antígeno prostático específico (PSA, por su sigla en inglés). Estas sirven para detectar el cáncer de próstata.
“Descubrimos que muchos centros oncológicos recomiendan que todos los hombres comiencen con las pruebas de detección del cáncer de próstata a cierta edad”, dijo la doctora Jennifer Marti, de Weill Cornell Medicine, en esta ciudad.
“El 26% de los centros oncológicos hace esa recomendación, que se aparta de las guías de las sociedades científicas nacionales”, agregó.
“Estas asociaciones profesionales recomiendan que, antes de que un hombre se someta a un examen para la detección del cáncer de próstata, debería poder conversar sobre los pros y contras con su médico en un proceso de ‘toma de decisiones compartida‘”, indicó Marti.
“En general, no hay motivo para indicar la prueba en menores de 50 o mayores de 70 con riesgo promedio. De todos modos, los hombres de esas edades deberían hablarlo”.
Los autores revisaron las guías de detección con PSA en los sitios on line de 1.119 centros oncológicos con acreditación de la Comisión sobre el Cáncer. Compararon las recomendaciones on line con las de la Comisión Especial de Servicios Preventivos de Estados Unidos, la Sociedad Estadounidense de Oncología y la Sociedad Estadounidense de Urología. Se concentraron en la edad, la toma de decisiones compartida y los riesgos potenciales.
La ablación por radiofrecuencia (ARF) fue segura y eficaz para tratar microcarcinomas papilares tiroideos de bajo riesgo (mCPT) seleccionados en una revisión sistemática y un meta análisis. Pero la mayoría eran pacientes de Asia y las guías de Estados Unidos favorecen, en cambio, la vigilancia activa.
En JAMA Otolaryngology-Head and Neck Surgery, el equipo de la doctora Tessa van Ginhoven, del Centro Médico Universitario de Róterdam, publica los resultados del metaanálisis de 15 estudios ya publicados. Habían incluido, en total, 1.770 pacientes, de unos 45 años, con 1.822 tumores tratados con ARF; 49 tumores recibieron una sesión extra de ARF y uno, dos sesiones adicionales.
El seguimiento duró 33 meses, con una tasa de desaparición completa del 79%. La tasa de progresión tumoral fue del 1,5%. En el 0,4% de los casos se detectaron mCPT residuales en el área de la ablación; se detectaron nuevos mCPT en la tiroides en el 0,9% de los casos y el 0,2% desarrolló metástasis en los ganglios linfáticos durante el seguimiento. No hubo metástasis distantes.
Cuarenta y cinco pacientes tuvieron complicaciones menores. Hubo tres complicaciones mayores: dos cambios de voz durante >2 meses y una arritmia.
Van Ginhoven no hizo comentarios sobre el estudio, pero expertos estadounidenses aportaron sus opiniones. Todos señalaron las limitaciones del análisis retrospectivo y recordaron que las guías de la Asociación Estadounidense de Tiroides recomiendan la observación solo de los nódulos tiroideos de <1 cm sin extensión extratiroidea o los ganglios linfáticos sospechosos en una ecografía.
El doctor Pankaj Sharda, director del Programa de Tiroides del Centro de Oncología Fox Chase, opinó que el estudio aporta “evidencia sólida de la eficacia y la seguridad de la ARF en ciertos pacientes con mCPT”. Aun así, “este y otros estudios sobre la intervención inmediata en pacientes con mCPT de bajo riesgo no detectaron un beneficio clínico para los pacientes”.
Los pacientes de melanoma de riesgo similar con ganglios centinela positivos se manejan con observación ganglionar sola, observación ganglionar con terapia sistémica adyuvante. O también, disección completa de ganglios linfáticos (DGLN) y terapia sistémica adyuvante. Dependiendo al menos en parte de la ubicación de su centro de tratamiento, según un análisis.
Aunque la mayoría de los pacientes reciben ahora una vigilancia ganglionar en lugar de la DGLC, y el uso de la terapia sistémica adyuvante está aumentando, siguen existiendo variaciones significativas a nivel geográfico y de centro que merecen un estudio más profundo, señalan la Dra. Kristy Broman, de la Universidad de Alabama en Birmingham, y sus colegas en Annals of Surgery.
“Disponemos de buenas pruebas que apoyan un enfoque quirúrgico más pequeño para la mayoría de los pacientes con cáncer microscópico en los ganglios linfáticos. Esto ahorra a los pacientes una intervención quirúrgica adicional y complicaciones a largo plazo”, dijo la Dra. Broman.
“Este estudio muestra que, a diferencia del ritmo de adopción que vemos para muchas innovaciones científicas, estos hallazgos de la investigación se adoptaron muy rápidamente. Aparte, de forma bastante amplia en los principales centros de referencia de melanoma de todo el mundo”.
“Teniendo en cuenta las tendencias generales, nos sorprendió que todavía hubiera bastante variación en el tratamiento proporcionado a los pacientes en función del lugar en el que recibían atención. Lo que no se explicaba por el alto riesgo de su melanoma“, dijo.
“Incluso dentro de algunas instituciones, descubrimos que un paciente similar tenía las mismas probabilidades de recibir el tratamiento más agresivo (CLND y terapia sistémica adyuvante) que la estrategia menos agresiva (solo observación). Todavía no se conocen las razones de esto”
El Dr. Broman y sus colegas estudiaron los datos de 1.109 pacientes (mediana de edad, 61; 61%, hombres) tratados en 21 centros de referencia en Australia, Europa y Estados Unidos para el melanoma de ganglio linfático centinela (SLN) positivo de 2017 a 2019.
Durante el período de estudio, el uso de CLND disminuyó del 28% al 8% y el de la terapia sistémica adyuvante aumentó del 29% al 60%.
Tanto para la CLND como para el tratamiento sistémico adyuvante, los factores más influyentes fueron el tamaño del tumor ganglionar y el estadio. Sin embargo, los autores hallaron que los pacientes tratados en Estados Unidos tenían más probabilidades de recibir terapia sistémica adyuvante, con o sin DGLC. Esto, en comparación con Europa o Australia.
“Básicamente, no encontramos diferencias en el tratamiento de los ganglios (observación frente a DGC) en los centros estadounidenses frente a los no estadounidenses (Europa/Australia). Pero sí encontramos un mayor uso de la terapia sistémica adyuvante en los centros estadounidenses”, dijo el Dr. Broman.
Como señaló el Dr., el tratamiento varió entre los centros en el manejo de los pacientes en estadio IIIA con riesgos similares. Incluyendo el uso de CLND con terapia sistémica adyuvante frente a la observación ganglionar sola.
Los autores concluyen que “se ha producido un descenso generalizado de la DGLC y la adopción simultánea de la terapia sistémica adyuvante para los pacientes con melanoma SLN positivo, aunque siguen existiendo grandes variaciones en la práctica”. “Teniendo en cuenta las diferencias en la combinación de pacientes, el lugar de atención contribuyó significativamente a la variación observada”, agregaron.
The Lancet Oncology, online 22 de enero del 2022.
JAMA Internal Medicine, online 7 de marzo del 2022.
JAMA Otolaryngology-Head and Neck Surgery, online 10 de febrero del 2022.
https://bit.ly/34PBj4I Annals of Surgery, online 27 enero, 2022.
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