Marisa Canicoba es directora del posgrado de Especialización en Nutrición Clínica de la UBA -sede Hospital Posadas-, y de los cursos Patologías Gastrointestinales y Nutrición Clínica de Océano Medicina. La licenciada define a la malnutrición, una problemática global cada vez más expandida que se traduce en complicaciones de todo tipo para pacientes y comunidades enteras, como “las carencias, los excesos o los desequilibrios de la ingesta de energía y/o nutrientes de una persona”.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, “alrededor de 1.900 millones de adultos tienen sobrepeso, mientras que 462 millones tienen insuficiencia ponderal”.

El máximo ente sanitario también calcula que “41 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso o son obesos, 159 millones tienen retraso del crecimiento y 50 millones presentan emaciación”.

A esa carga, dicen, “hay que sumar los 528 millones de mujeres (29%) en edad reproductiva que sufren anemia, la mitad de las cuales podría tratarse con suplementos de hierro”.

Según plantea, “la alta prevalencia de enfermedades relacionadas con la malnutrición es un problema importante de salud pública en todo el mundo a pesar del hecho de que la eficacia del cuidado nutricional ha sido ampliamente documentado. Por lo tanto, es necesario avanzar en políticas de salud pública”.

¿Qué hacer?

Al analizar las alternativas de las y los profesionales y del personal que integran el sistema de salud público para enfrentar la malnutrición y sus consecuencias, Canicoba recuerda que la solución empieza por comprender las dimensiones globales del problema para tomar respuestas en esa misma medida.

“Frente a la necesidad de promover el derecho al cuidado nutricional y de luchar contra la malnutrición, en abril de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que se proclamaba el Decenio de Acción de las Naciones Unidas sobre la Nutrición de 2016 a 2025”.

Según detalla, “el decenio tiene el objetivo de catalizar los compromisos políticos que desembocan en actuaciones mensurables contra todas las formas de malnutrición.La finalidad es que todas las poblaciones tengan acceso a dietas más sanas y sostenibles para erradicar todas las formas de malnutrición en el mundo entero”.

Acción latinoamericana

La especialista recuerda que en mayo de 2019, las sociedades que constituyen la Federación Latinoamericana de Terapia Nutricional, Nutrición Clínica y Metabolismo (FELANPE) firmaron la Declaración de Cartagena: Declaración Internacional sobre el Derecho al Cuidado Nutricional y la lucha contra la Malnutrición.

“Esta declaración proporciona un marco coherente de trece principios los cuales podrán servir de guía a las sociedades, los colegios y las asociaciones afiliadas a la FELANPE en el desarrollo de los planes de acción”, detalla Canicoba.

De esta manera, prosigue la especialista, el instrumento también resultaría útil para que se promoviera la formulación de políticas y legislaciones en el campo de la nutrición clínica.

A su juicio, “el marco general de principios propuesto por la declaración puede contribuir a crear conciencia acerca de la magnitud de este problema y a forjar redes de cooperación entre los países de la región“.