Dos estudios publicados en la JAMA arribaron a las mismas conclusiones.
Dos estudios recientes publicados en la Revista de la Asociación Médica Americana (JAMA por sus siglas en inglés) señalan que los niños recién nacidos cuyas madres recibieron epidural durante el trabajo de parto no son más propensos a desarrollar autismo. De esta manera, se pone en tela de juicio un estudio publicado el año pasado, que había indicado que el uso de epidural se asociaba con un 37% más de riesgo de diagnóstico tardío de autismo en niños.
El trastorno del espectro autista es un término general utilizado para mencionar a una variedad de trastornos del desarrollo que afectan la capacidad de las personas de comunicarse y relacionarse.
En los últimos 20 años se ha producido un incremento de la prevalencia del autismo a nivel mundial, principalmente en países de alto ingreso. Por ejemplo, en Estados Unidos hubo un aumento significativo de los diagnósticos pues pasó de 0.7/10.000 entre 1962 y1967 a 200/10.000 entre 2011 y 2012.
Por otra parte, en países de América Latina como México y Brasil se encontró prevalencia solo en algunos estados.
Uno de los estudios analizó el riesgo de autismo en, aproximadamente, 480.000 niños daneses. Las madres del 19% de ellos habían recibido epidural durante el trabajo de parto. Los investigadores concluyeron que no hubo un vínculo entre la epidural y el riesgo de autismo en los niños después de, aproximadamente, siete años de seguimiento.
“Teniendo en cuenta la evidencia, la aplicación de epidural durante el trabajo de parto no causa autismo en los niños”, sostuvo el coautor del estudio, el Dr. Anders Mikkelsen, investigador del Hospital Universitario de Copenhague. Y agregó que la administración de esta droga durante el trabajo de parto es más segura y efectiva que otros métodos para aliviar el dolor.
En la misma línea, la directora científica de SPARKforAutism.org, Pamela Feliciano, expresó al medio Webmed.com que los riesgos de desarrollar autismo son genéticos y ambientales y que el estudio danés demuestra que no existe relación entre la aplicación de epidural y cuadros futuros de autismo en niños y niñas.
El segundo estudio examinó el uso de la epidural durante el parto y los diagnósticos posteriores de autismo en Manitoba, Canadá. Incluyó a 123.175 niños que nacieron entre 2005 y 2016 y fueron seguidos hasta 2019. Todos nacieron por parto vaginal y fueron partos únicos, es decir que no se trató de gemelos ni de otro tipo de embarazos múltiples.
De los niños estudiados, el 38,2% recibió anestesia epidural durante el trabajo de parto. Dentro de este grupo, al 2,1% se le diagnosticó, posteriormente, un trastorno del espectro autista. El mismo diagnóstico recibió el 1,7% de los niños no expuestos a epidurales.
Los investigadores contemplaron los factores que pueden influir en el riesgo de autismo. Entre ellos se incluyeron:
También se consideraron los casos de pares de hermanos en los que la madre recibió una epidural durante el nacimiento de un niño, pero no del otro. Esta comparación permitió explicar los factores genéticos y familiares que influyen en el riesgo de autismo.
En el estudio se concluyó que no hubo una diferencia estadísticamente significativa en el riesgo de autismo entre los niños cuyas madres recibieron epidurales durante el parto y aquellos cuyas madres no lo hicieron.
Tener en cuenta los factores genéticos y relacionados con la familia redujo aún más la diferencia entre los grupos.
El equipo de científicos encontró una falta de asociación entre la epidural y el autismo. “La epidural sigue siendo un medio eficaz y bien establecido para aliviar el dolor durante el trabajo de parto, con varios beneficios asociados”, sostuvo uno de los investigadores.
Webmed JAMA Redacciónmedica.com
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